En la historia de Brasil, uno de los momentos más importantes y decisivos fue su colonización por parte de Portugal en el siglo XVI. Pero, ¿por qué Portugal decidió colonizar Brasil en primer lugar? ¿Qué motivaciones y estrategias llevaron a los portugueses a establecer su presencia en este territorio desconocido? Estas son preguntas que han sido objeto de debate y análisis por parte de historiadores y expertos en relaciones internacionales. En este blog, exploraremos las razones detrás de la colonización portuguesa de Brasil y cómo esta decisión tuvo un impacto significativo en la historia y cultura de ambos países.
Las dos grandes potencias de la época se citaron en Tordesillas (Valladolid), España. El 7 de junio de 1494, las dos grandes potencias de la época, Castilla y Portugal, decidieron repartirse las áreas de navegación del continente americano. Los Reyes Católicos firman el Tratado de Tordesillas con Juan II de Portugal, hijo de Alfonso V.
El retorno de Cristóbal Colón a Europa después de su llegada a América desató un conflicto entre las coronas de Castilla y Portugal. Para impedir la guerra, los delegados de ambas monarquías se citaron en Tordesillas en marzo de 1494. El propósito de la reunión era reinstaurar la paz entre los dos reinos y delimitar el ámbito de actuación de cada corona.
Hay que decir que, en aquella época, Colón consideraba que lo que había descubierto era tan sólo otra ruta hacia la India. Cuando fue consultado por la corona española, Colón planteó trazar una línea de separación que más tarde se denominaría «línea de Colón».
Esta línea ficticia dividía los nuevos territorios de norte a sur y presuntamente pasaba por Cabo Verde y las Azores. La propuesta de Colón fue planteada al Papa Alejandro VI, que debía ser el árbitro en el diálogo entre las coronas.
El Papa accedió a la propuesta española, pero trasladó la línea divisoria unos 500 km al oeste de Cabo Verde. En un prinicipio, las dos partes lo aceptaron, pero el Reino de Portugal sugirió trasladar la línea 2.000 km más al oeste.
De esta forma, las dos potencias marítimas de la época aceptaron dividir el nuevo territorio en dos: lo que quedaba al oeste de la «línea del Tratado de Tordesillas» correspondería a la Corona de Castilla y lo que quedaba al este pertenecería a Portugal.
Los reyes católicos se equivocaron gravemente. Ellos consideraron que se habían beneficiado del acuerdo porque pensaban que sólo habían concedido una parte del océano a Portugal. No se percataron de que el territorio cedido por Castilla sería Brasil.
De este modo, cuando Pedro Álvares de Cabral llegó a la costa de lo que hoy es Bahía en 1500, Brasil quedó en manos de la corona portuguesa, ya que estaba directamente dentro de su área de dominio, y Portugal acabó colonizando Brasil.